miércoles, 3 de julio de 2013

Quebrantahuesos 2013




Selénika, Monegros, Trinxacadenes, Cabrilenca, Catllaràs…el año pasado estuvo lleno de buenas e intensas pedaladas. Disfrutamos de todas ellas al máximo y ahora tocaba planificar la temporada 2013. En nuestra cabeza resonaba un nombre mítico, una posibilidad, otro reto con el que soñar y esforzarse para llegar en buena forma y “disfrutar” de su recorrido. Quebrantahuesos btt 2013 nos pareció demasiado interesante y atractiva como para dejarla escapar. Segunda edición, prueba con carácter UCI PRO MARATHON y que daba, a los 20 primeros clasificados, el pasaporte para disputar el campeonato del mundo de la especialidad, palabras mayores.

 
 
 













La carrera estaba programada para últimos de abril. Contando que nuestra inscripción fue efectiva a mediados de febrero, tenía algo más de dos meses para prepararme física y mentalmente. Con un invierno tan lluvioso como el de este año se hacía difícil poder entrenar bien la base. Por este motivo, el regalo de mi cumpleaños fue un rodillo para entrenar bajo techo. Ya hablaré más extensamente, en otra entrada, de este “engendro mecánico” pero os puedo adelantar que está más que amortizado.  BKool se llama el aparatito, 100% recomendable. Hemos sido muy amigos durante el periodo invernal, a pesar de que mucha gente me había advertido de lo aburrido y tedioso de entrenar así. Todo está en la mente (o eso dicen) así que con la motivación por las nubes y algo de fuerza de voluntad pudimos completar un periodo de 8 semanas trabajando el fondo físico. La temporada que viene repetiré el programa de base, esta vez por 3 meses. Los resultados se notan, el cuerpo sufre adaptaciones al esfuerzo, pero no esperes verlas a corto plazo.

 


Las aventuras en solitario son épicas, pero en compañía son…MÁS DIVERTIDAS!!!  Así que nos volvimos a juntar los de siempre, los “tres mosqueteros del btt”  Axel, Eloi y un servidor. Teníamos reservado un Bungalow en un camping a las afueras de Sabiñánigo. El sábado 27 de abril emprendimos la marcha a medio día, parada técnica para comer algo y llegada a primera hora de la tarde a destino. Fuimos a recoger los dorsales y tuvimos la primera sorpresa del día. La Organización del evento, por causas de la meteorología, tuvo que suspender parte del recorrido. La primera ascensión estaba muy deteriorada por las nevadas acontecidas durante la semana y no podían asegurar la integridad física de los participantes. Hicieron un recorrido alternativo y  rebajaron el desnivel positivo acumulado previsto (y menos mal…).

 
 

Nos levantamos la mañana del domingo con muchas dudas en la cabeza, sobre todo de cómo salir vestidos para afrontar aquella aventura. Las noticias decían que en la cima de los puertos estaban bajo cero, el sol no acababa de hacer acto de presencia y la confusión nos comía por dentro. Después de hacer alguna prueba, Eloi y yo salimos de riguroso invierno y Axel, en plan torero, de corto, con manguitos y chaleco. Olé tus pelotas, nen!!!
 
 
 

 

En la línea de salida mucho ambiente, mucho maillot lleno de publicidad, señal que habían unos cuantos “Pros”  dispuestos a darlo todo. Si ponías la oreja, aquello era como la torre de Babel, había gente de muchos países diferentes. Sin acomplejarnos en absoluto sacamos nuestras monturas y fuimos a calentar un poco las piernas. Pudimos saludar a nuestro amigo maño, el señor Royo, piloto ilustre y parte fundamental del Craksracing Aragón (campeonato de karts de alquiler). Tenía a un compañero de trabajo inscrito y se acercó a desearnos suerte (la íbamos a necesitar). También coincidí con el gran Israel Núñez, compañero en el club MartorellBike y ganador de la Titan Desert 2009, entre otras muchas pruebas de renombre internacional. Pero él juega en otra liga, está en primera división y finalmente ganaría, por derecho propio, una de esas 20 codiciadas plazas para acceder al campeonato mundial de la especialidad. Que grande eres macho!!!
 

 























Salimos, para variar, en la cola del pelotón. Es un clásico, así nos curamos en salud y disponemos de una excusa perfecta para explicar nuestros pobres resultados en carrera (s.c). Nada más salir un pequeño repecho hace estirarse el  grupo numeroso y con ganas de dar pedales. Salimos a carretera para enlazar con una pista muy rápida, llena de charcos (algunos inmensos)  y donde vimos alguna que otra caída. Tras otro tramo de asfalto llegamos a una dura subida. Supongo que estaba pensada para hacer una primera criba seria del personal, pero arriba había un tapón de tres pares de narices. Todo el mundo parado, porque empezaba un senderito sube-baja, tipo single-track y el acceso era muy estrecho, demasiado. Creo que la organización tuvo que poner otra subida más larga antes, porque allí todo el mundo perdió más de media hora. Los Pros pasarían muy estirados, pero los “populares” vamos en rebaños y luego pasa lo que pasa. Allí me reagrupé con Eloi, hicimos casi todo el camino juntos, hasta la subida final.


 

Después del senderito nos esperaba una bajada muy técnica, llena de piedras muy grandes y afiladas, ideales para dejarte la clavícula…y algún diente en caso de caída. Ahora vuelve a tocar pista rápida hasta llegar a la segunda trampa del día. Había que cruzar un río, pero no había paso habilitado.  Tampoco había miembros de la Organización, tan solo un motorista sentado en lo alto de una roca viendo como las pasábamos putas intentando cruzar. Menos mal que los bikers somos gente solidaria. Solo así se explica cómo teníamos que dar un salto de más de metro y medio para pasar a la otra orilla y luego pasarnos las bicis por el aire. Aventura pura.

 
 
 
 
Seguimos llaneando hasta una población con cuatro casas. No recuerdo el nombre, pero sí el empedrado de sus calles, enorme!!!  Que duro fue pasar por allí, con las piernas como estacas del sofocón que nos habíamos pegado para recuperar el tiempo perdido en aquel senderito…  Tras remontar un pequeño desnivel dimos cuenta de un divertido caminito, cerrado por la vegetación, que nos llevó a uno de los avituallamientos  previstos por la Organización. Aquí los voluntarios estuvieron de 10. Ofrecían aguantarte la bici, traerte comida, informarte de los kilómetros que quedaban. Esa es la parte que más destacaría, el trabajo desinteresado de los voluntarios. Por una camiseta de recuerdo se dejan la piel y las fuerzas para que los participantes lo pasemos bien. Por eso es tan importante no participar NUNCA en una prueba sin el correspondiente dorsal. Tengamos respeto por los demás.


 

Un plátano y medio después, estábamos en marcha de nuevo. Llegamos a una población muy grande, creo que era Biescas. Allí, en medio de una plaza dura, estaba el amigo Royo con su cámara de fotos. Nos pusimos muy contentos de verle y nos hizo unas instantáneas para recordar el momento. Gracias Dani!!!! Cruzamos una riera casi seca y tras subir una rampa de madera, empezamos a tirar fuerte en llano. Poco a poco me voy despegando de Eloi con bastante facilidad, solo manteniendo el ritmo. Es ahora cuando recoges los frutos de un entreno ordenado y meticuloso durante el invierno. El trabajo en rodillo daba sus resultados y podía mantener el esfuerzo sin subir exageradamente de pulsaciones. Todo un lujazo para este cuerpo serrano. Empieza una subida zigzagueante que me rompe la cadencia y pongo pie a tierra por primera vez. Las dudas me corroen por dentro, temo quedarme sin fuerzas a estas alturas y todavía queda lo peor, la ascensión a Punta Güé. Llego al próximo avituallamiento exhausto, anímicamente tocado y espero a Eloi. Cuando llega está tan fatigado como yo, pero no duda. “He venido a hacer el recorrido largo y lo voy a acabar” esas palabras me cambiaron el chip y tengo que agradecerle el “empujoncito” que me dio.  Aquella afirmación, arrancada desde el centro del corazón, desafiando al cuerpo y a la mente, me ayudaron a afrontar la subida con energías (mentales) renovadas.
 

 

Empieza la gran ascensión. Después de una dura rampa asfaltada encontramos una pista no muy ancha, en claro ascenso y con muchas curvas, para poder salvar la pendiente. Hasta aquí voy rodeado de ciclistas, hay bastante ambientillo, pero al llegar al cruce con el recorrido corto me quedo más solo que la una. Todo el mundo tira para abajo, pero yo, como Eloi, no dudo y empiezo la subida en solitario, ya que mi rubio y alto compañero de fatigas se había vuelto a descolgar. El terreno enganchaba mucho, había numerosos charcos y barrizales que ocupaban todo el camino. Muchas revueltas y muy poca gente. Pude adelantar alguna posición, encontré a otros parados al borde del camino. Me interesé por si tenían alguna avería, pero me dijeron en tono jocoso que “lo que necesitamos son unas piernas nuevas” El sentido del humor no debemos perderlo NUNCA, sea cual sea el fregao en que nos metamos. Seguimos a ritmo, a mi ritmo de supervivencia y la poca concentración que me queda la pierdo al ver que empieza a llover “en cámara lenta” vamos, que estaba NEVANDOOOO!!!!!   Aquí sí que se dibujó una sonrisa en mi cara. El año pasado, por estas fechas, nos diluvió en la marcha Monegros , ahora nieve ¿y el año que viene, qué?

 

 

Por fin, tras una larga y dura ascensión, pude ver el impresionante paisaje que se me presentaba como premio al esfuerzo.  Aquí sí que se apreciaba el desnivel remontado y los más de 1.500 metros de aquella montaña. Unas fotos para el recuerdo, una barrita entre pecho y espalda y a afrontar la bajada, o eso creía yo… Tras bajar a gran velocidad no más de 2 Km me encuentro una pared casi vertical. Buf, a caminar toca, arrastrando la bici que parece haber engordado unos cuantos kilos desde la salida. Llego a un punto donde había un equipo de rescate, de unas 4-7 personas vestidas de naranja y con una camilla de salvamento. Aquello me olió a chamusquina y puse ojo al parche. Allí empezaba una terrible bajada con mucho desnivel. Como me precedía un grupo de ciclistas vascos, decidí esperar y ver como empezaban a descender. Lo tuve claro cuando vi al primero de ellos salir por orejas haciendo la conocida “catapulta infernal”  Pie a tierra, al menos en los primeros metros de barranco. Montamos de nuevo y aquello sí que fue “enjoy” como dicen en mi club. Bajada single-track con mucha piedra suelta, técnica  y con revueltas cerca del precipicio. Vistas alucinantes, más si pensabas que había que llegar allí donde las personas parecían puntos…

 
 
Una vez abajo,  la confianza en mí mismo había crecido enteros. Sabía que lo tenía en el saco, que la carrera la tenía en el bolsillo. Nueva parada para hacerme unas fotos con las montañas nevadas de fondo y a apretar el culo de nuevo encima de la bici. Pero esta carrera tenía más trampas que una película de chinos y llegamos a la traca final. Tuvimos que pasar un río enorme, enmoquetado con unas pedazo de piedras (cantos rodados)  que casi no podías dar pedales. Lo bueno es que tenías que pasar por allí sí o sí. La pregunta a estas alturas de pedalada era ¿hacía falta hacernos pasar otro río y llegar calados hasta los huesos? No hubo tiempo para pensárselo mucho, piernas mojadas hasta las rodillas y con un par. Pasamos por una ermita muy chula y empezamos a remontar dirección Sabiñánigo, hasta llegar a un pequeño circuito señalizado que daba paso a línea de meta.
 

 











Muy contento de poder terminar una prueba tan dura y exigente. La alegría interior contrastaba con la imagen desoladora de la zona de llegada. Habían habilitado unas gradas donde solo estaban Axel y los padres de Eloi. Ni rastro de megafonía, el camión del pódium cerrado, nada de animación, ni tan solo la tarde gris ayudaba. El único consuelo que tuvimos fue una taza de caldo caliente y una bebida energética. Escaso, preocupante y patético. He participado en marchas con un coste de inscripción mucho menor y al final del recorrido te han obsequiado con una camiseta de recordatorio, te han dado de comer un bocadillo y unas bebidas (sino un menú completo) prensa deportiva, etc. Una prueba, a priori, con tanto nombre como la Quebrantahuesos (supongo que su hermana mayor será diferente) no puede ofrecer como obsequio un bote de plástico con publicidad del principal sponsor  y un vasito de caldo caliente. Que menos que, después de acabar tan exigente recorrido, tener un recuerdo como finisher (diploma o medalla que lo acredite) y algo de comida caliente y consistente que llevarte al cuerpo. En este evento he tenido la sensación de que les hemos pagado la carrera a los ciclistas profesionales. Si la prueba está abierta a ciclistas populares la Organización también los tiene que tener en cuenta, mirar por su confort y cuidarse de su atención.  Algo decepcionado en este aspecto, espero que se pueda mejorar en años venideros. Un evento de estas características da mucha vida a una población y deja mucho dinero en turismo (alojamientos, comidas, gastos varios) como para perder participantes en futuras ediciones.
 

 

Como siempre, os dejo con el enlace a la página oficial del evento, al track grabado por mí y a un video resumen de la carrera. Hasta la próxima aventura!!!

QUEBRANTAHUESOS 2013


 

1 comentario:

  1. Felicitats Luichi, únicament pel fet de participar, té un mérit enorme, i si a sobre l'acabes CHAPEAU, GAAAAAAS I KM'S DE PASSIÓ!

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