lunes, 29 de julio de 2013

Cursa El Diable 2013


Este año los “Reyes Majos” me trajeron unas zapatillas para correr. Desde el primer día que calcé mis Saucony  el objetivo fue participar en esta prueba. Como espectador había asistido a varias ediciones, pero ahora quería ser protagonista. Eso de combinar 2 especialidades deportivas en una misma carrera me motivaba. Que transcurra en los parajes que acostumbro a transitar con mi btt  le daba un plus de atractivo, pero el verdadero motivo de inscribirme fue, nuevamente, poner a prueba mi cuerpo y mi mente.

 

El running es lo que peor llevaba, por eso me puse las pilas a partir del  7 de enero. Primero empecé a correr, asesorado por algunos amigos, pero en solitario. No quería ser una carga para nadie. Pasaban las semanas y ya le empezaba a coger el tranquillo a esto de correr. El siguiente paso fue salir en compañía y demostrarme a mí mismo que no estaba tan mal. He de agradecer a los compañeros con los que he entrenado muchas mañanas, después de dejar a los monstruitos en el cole. Una grupeta muy heterogénea, pero de la cual he aprendido mucho, fijándome y preguntando. Con ayuda todo es más fácil.

 

Llegó el 2 de junio, el día marcado en el calendario desde hacía mucho tiempo. Por delante me esperaban casi 7 Km de running + 26 Km de puro btt + 2,6 km de running para rematar la faena. Mi objetivo era llegar antes de que desinflaran el arco de llegada, pero el resultado fue bastante mejor de lo esperado.  Había quedado con Eloi y Axel (2 de los tres mosqueteros) en el parquing del vapor. Al encuentro acudí con el gran Santi Alarcón, compañero del Club MartorellBike, que vino a buscarme a casa. Supongo que no se fiaba de mí y pensaba que me iba a rajar, por eso no dudó en venir a mi encuentro. Hombre de poca fe…
 


Recogemos dorsales,  llevamos las bicis al parque cerrado y preparo el material para hacer la transición lo más rápido posible. El ambientillo que se respira es muy chulo. Muchas camisetas y maillots de colorines, mucha media de compresión de gemelos, algún mono de triatlón… para soltar piernas empezamos a calentar un poco al trote. Allí puedo saludar a Seve, otro figura al que los años le hacen cosquillas, a Alfonso Galeano y a Jesús. Con este último me quedo hablando y comentando la posible estrategia a seguir en carrera. La palabra clave es “dosificar” con ella en la mente me dirijo al cajón de salida. Me pongo de los últimos, vaya a ser que me pasen por encima todos estos duatletas. Poco después de las 9h. se da la salida.

 

Empieza la fiesta, salgo de menos a más e intento ponerme un límite. Voy controlando el pulsómetro hasta que me clavo en el 92% de mi F.C. Max.  Esa es la barrera que no es aconsejable traspasar, al menos tan pronto. Veo como me adelantan por derecha e izquierda. No importa, no es mi guerra (de momento) y antes de llegar al puente del Diablo me junto con Santi Alarcón. Seguimos el margen del río Llobregat en falso llano ascendente. Poco a poco me voy despegando de su compañía, pero no incremento el ritmo, lo mantengo. Me aproximo a la mitad del recorrido de running, un giro a la izquierda y empezará la subida más pronunciada. La Organización ha puesto un control allí y la persona designada es un buen amigo, Juanjo Castells. Me da ánimos y me “regala” una foto, que más se puede pedir. Entonces empiezo a ejecutar mi estrategia. Empiezo a subir el ritmo, porque sé que luego vendrá una bajada bastante larga y podré recuperarme del esfuerzo. Mi sorpresa fue cuando vi que adelantaba a corredores de dos en dos. Supongo que alguno saldría demasiado fuerte y lo estaba pagando. Arriba la pista se vuelve muy ancha y la bajada invita a alargar la zancada y buscar velocidad. Voy un poco revolucionado y decido regular. Todo y eso sigo adelantando a más corredores. Es cuando empiezo a tener dudas si estos participantes podrían acabar la prueba, si están así de “perjudicados” ahora, cuando cojan la bici…



 

Estoy a punto de hacer mi primera transición. Llego al parque cerrado y, mentalmente, no paro de repasar la secuencia correcta para coger la bici y perder el menor tiempo posible.  Empezamos bien, voy tan concentrado que  paso mi box y tengo que volver atrás, juas!!! Zapas fuera, botas OK, casco, sorbito de agua, 2 geles  y acompaño la bici corriendo hasta el arco de salida. Si en algún momento de la carrera puedo remontar posiciones es con la btt. El circuito lo conocía bastante bien y sabía que había que sufrir para poder ganar tiempo. Me tomé un gel, di la vuelta al pulsómetro (para no verlo) y Rock and Roll!!!! Cogiendo cadencia, de menos a más y notando como los músculos de las piernas se acostumbraban al cambio de gesto deportivo. Afronto el primer repecho, a la salida del parquing, que nos lleva a la carretera del cementerio. Allí oigo gritos de ánimo “¡¡¡Vamos MartorellBike!!!” Son Pere Borrell y Pedro alias “Pope” que me jaleaban. Ahora sé lo que sienten los jugadores del Barça cuando juegan en el Camp Nou. Hoy era yo el que jugaba en casa, eso me daba un plus de motivación y confianza para afrontar el reto.

 

Después de la Hípica giramos a la izquierda, pasamos bajo la autopista y empezamos a subir unos pequeños escalones. Aquí me encontré más tráfico del esperado. Me puse nervioso y solté un “venga que esto se pasa montado” y el ciclista que me precedía se giró hacia mí. Era Eloi, le había cogido en este punto. Me permití darle unos consejos, ya que era conocedor del terreno. “nen, ahora cabeza y poco a poco que la subida es muy larga” Acto seguido bajé dos piñones, empecé a dar pedales como un poseso  y adelanté unas  posiciones gracias a que seguí por la acera y el resto de competidores circulaban por la calzada. Juro que no lo hice con puterío, sino que me salió así. Al final de la marcha nos hartamos de reír con esta anécdota.  Bajada cerradita y subida para interceptar la carretera de Gelida. Aquí la gente se portó de 10. Casi todos estaban descabalgados, pero se apartaron cuando lo pedí y me animaron a tirar para arriba. Unos voluntarios de la organización estaban parando el tráfico, así que perdí muy poco tiempo allí.



Empieza la “Pujada a la Font de la Saborida” Mucho tráfico, demasiado para mis aspiraciones a recuperar tiempo. Mi cabeza me decía “haber corrido más rápido” La gente que estaba allí se merecían esa posición, se la ganaron a pulso. Hay que trabajar más el running y quejarse menos. Gracias a las palabras mágicas “dreta/Esquerra” pude hacerme un hueco entre tantos “caminantes” y pude llegar bastante arriba sin desmontar. Pero en una de las rampas más rotas y resbaladizas no pude adelantar. El entrenamiento previo me decía que, en aquel punto, solo había una trazada buena con suficiente grip. Pero no fui el único que lo pensaría, el problema es que la estaban utilizando para caminar. Nervioso, taquicárdico, sudado, puse pie a tierra y adelanté a un pequeño pelotón. Allí otra voz conocida me daba ánimos, era Jesús Pérez, el compi de calentamiento previo a la carrera, que me incitaba a subir sentado y tirar a muerte. Pasada esta situación pude coronar solo y pedaleando hasta tocar asfalto de nuevo.  En la Font había previsto un avituallamiento líquido. Vasito de agua para el cuerpo y seguimos subiendo, ahora por asfalto.

 

Dejamos la carretera para adentrarnos en una pista que bajaba a la izquierda. A partir de este punto, la carrera casi fue en solitario para mí, con algún que otro adelantamiento. Tenía que recuperar físicamente en este tramo pero sin perder demasiado tiempo. Llegamos a Can Xandri, dejamos la masía a nuestra derecha y empezamos a bajar por un tramo estrecho, con muchas raíces y con un surco bastante marcado por las lluvias. El entreno previo me daba la seguridad necesaria para bajar sin miedo. Ahora toca remontar de nuevo por una zona bastante ancha, fruto de las actuaciones forestales hechas recientemente. Antes el camino era más estrecho…y bonito. Bajamos a toda velocidad camino de Can Sunyer, donde nos esperaría otro “regalito” de la organización. Tenemos que subir, por asfalto, una tramo interminable que se hace más duro por el calor y por los Km’s que llevamos en las piernas. Pero eso se te olvida cuando vuelves a escuchar gritos de ánimo desde la cuneta. De nuevo Juanjo (este tío está en todos los sitios, como Dios!!!) está de control al principio de la subida. Me regala otra foto y me comenta que voy bastante bien…
 

 

Llegamos al depósito de agua y apuro mi último gel. Queda muy poco para volver a bajar, pero todavía tendría que subir para llegar a la Serra de les Torretes.  Antes de llegar a “quatre camins” toca girar a la derecha, última subida hasta una torre eléctrica y luego senderito y descenso hasta el  carrer del mur Aquí tenía muy claro que no me tenía que dejar adelantar por nadie, pero el problema fue que el que quería adelantar era yo. Encuentro de nuevo un poco de tráfico, pero esta bajada es tipo “single track” así que toca esperar pacientemente hasta llegar abajo.  Tocamos, de nuevo, asfalto camino a la rotonda y allí disparados hacia el Pont del diable y la pista que nos lleva de nuevo al parquing del vapor, donde haríamos nuestra última transición. Una sonrisa se empezaba a dibujar en mi cara, creía que lo tenía hecho, pero mis sentidos me engañaban.

 


Al llegar al parque cerrado, unas vocecitas gritaban “¡¡¡papá!!!”  Eran mis tres niñas que me estaban esperando desde hacía un rato. Qué bueno, por fin mi familia me acompaña a un acto deportivo, lo hubiera deseado desde mi época del karting… Algunos corredores paraban antes de entrar en la zona de transición a beber isotónico, yo no paré ni para saludar. Bici colgada, zapas puestas, casco fuera, GO!!!! Nada más cruzar el arco de salida, las sensaciones se volvieron contra mí. Las piernas se pusieron duras como estacas y solo podía dar pequeños pasos, no llegaba a alargar la zancada. En la bici hubiera podido hacer el circuito de nuevo, pero corriendo las cosas se pusieron feas. De repente, en el carril de vuelta, veo a Axel que me dice ”¿Ya estás aquí? Vas muy bien Luichi!!!” Ostia, pero si yo creía que este fenómeno estaría ya en la ducha. Saco fuerzas porque había que subir el repecho de hormigón debajo de la autopista. Allí, de nuevo, festival de Pope y compañía, dándolo todo por animar a su paisano. Que buena gente es este Pedro. Llego al giro de izquierdas para encarar Santa Margarida y veo otra cara conocida, es Mónika que estaba de control. Definitivamente, correr en casa te da ese plus de fuerza, porque empecé a correr más rápido, porque lo tenía en mis manos, porque lo estaba disfrutando. Pero, a pesar de mi cambio de ritmo, algunos participantes me adelantaron en este tramo. Hay que trabajar más el running, hay que echarle más horas.

 

Última recta antes de meta y última sorpresa. Se pone a mi lado Jesús, el compañero con el que hemos estado haciendo “la goma” toda la carrera. Ahora es él el que me coge de nuevo la estela, a pocos metros de la llegada. Cruzamos juntos la línea de meta y yo siento que me he quitado un peso de encima, he llegado a la meta muy satisfecho con el trabajo realizado. Entregamos los chips  y nos ofrecen la bolsa del corredor con algunos obsequios y una camiseta muy divertida. La organización ha estado (de nuevo)  a la altura de una prueba que se va afianzando en el calendario, año tras año. El único pero que le podemos sacar es que, en el momento de dar las bebidas, se quedaron sin vasos y tuvimos que agudizar el ingenio para poder refrescarnos el gaznate.

 

Esta es la “pequeña” crónica de lo sucedido aquel día, siempre desde mi prisma personal. A poco que pueda, el año que viene repetiré la experiencia. Incluso la buena clasificación obtenida (62 de 212 participantes) hacen que me plantee participar en otras Duathlones de montaña.  Tocará mirar el calendario. Creo que es a principio de temporada cuando se disputan más pruebas de este tipo, estaremos atentos.

 

Os dejo con la dirección web de la prueba, donde podréis obtener más info de la carrera y ver algunas fotos de todas las ediciones disputadas.  Por esta vez, el diablo no pudo conmigo.



CURSA EL DIABLE, MARTORELL

 

 

 

 

sábado, 27 de julio de 2013

Estreno mis zapas nuevas!!! (Reebok One Cushion)

 

¡¡¡Buenas!!!

 
 
 
 


Las Reebok One Cushion ya tienen sus primeros kilómetros encima…y algo de polvo. Llegué a la cita a las 6.30h. Todos/as me estaban esperando, ya que les había contado que estrenaba zapatillas nuevas, gracias a los proyectos de marketing participativo de la comunidad trnd. No podía pasar desapercibido, con esos colores tan llamativos y el diseño tan agresivo. Les conté la razón de los colores de la suela. A parte del tema estético, les expliqué la tecnología que encierran. La suela está construida de una pieza, con tres clases de EVA , una para cada zona de la pisada (apoyo, transición e impulsión). Las diferentes densidades están pensadas para mejorar la comodidad y la experiencia de correr. Todo esto recibe el nombre de  FoamFusion.

 

Después de la foto de grupo, empezamos a correr por una zona urbana, entre aceras y parques infantiles, dirección el Puente del Diablo. Siento la zapatilla muy ligera, con gran amortiguación de los impactos. La estabilidad del pie no se ve comprometida, a pesar de que no lleva cosidos ni costuras, la tecnología Smooth Fuse  se porta de maravilla y el tobillo no sufre el más mínimo conato de torcedura.
 

Llegamos a una zona de tierra, bastante compactada y ancha. El cambio de superficie no supone ningún trauma, siguen respondiendo bastante bien y las sensaciones siguen siendo bastante buenas, pero las cosas cambiarían…

 
Pasado el puente, la pista se vuelve más irregular. Hay algunas pequeñas zanjas, producto de las lluvias, y unas piedras redondeadas, sin aristas, pero que obligan a estar atento a la pisada. Aquí es donde noto que la amortiguación de la parte anterior (en la base de los metatarsianos) se hace insuficiente a la hora de asumir las imperfecciones del camino. En la fase de impulsión, noto todas y cada una de las piedras que me voy encontrando, así que extremo las precauciones y dirijo mis pies hacia las zonas menos comprometidas. Creo que, su polivalencia, lastra su uso en montaña. Pero para eso tenemos a su “hermana mayor” otro modelo pensado para el Trail running.

 

Llegamos a la mitad del recorrido (km 6 aprox.) y empiezo a notar calor en los pies. No los noto sudados, pero sí bastante calientes y eso que son las 7h. de la mañana. Creo que esto puede ocurrir por la ausencia de costuras, y me explico. Si comparamos las Reebok One Cushion con mis Saucony Jazz 15, la tela de esta última es menos densa. La rejilla que tiene permite ver a través de ella hasta el color de los calcetines. En las Reebok pasa al contrario, las paredes son más gruesas, debido a que tienen que ser más rígidas y suplir la ausencia de cosidos de refuerzo, que se pueden combinar con mallas menos tupidas. Esta es mi teoría, pero igual alguno de vosotros me puede dar otra razón. Ah!!! Los calcetines utilizados en una y otra son los mismos, para evitar sesgos en la comparativa antes mencionada.

 

Tras recorrer por la orilla del río Llobregat, en sentido Montserrat, salimos a la antigua carretera N-II. Allí de nuevo recobro las sensaciones del principio de la marcha. La comodidad crece enteros cuanto más dura es la superficie (al menos para mí).  Empiezo a pensar que el terreno duro es donde esta zapatilla me puede dar más alegrías. Ya solo nos faltaría bajar por el Carrer del Mur, cruzar el río Anoia y volver a casa.

 

Primera salida con las zapas nuevas y la cosa promete. Seguiremos metiéndole kilómetros!!!

jueves, 25 de julio de 2013

Por fin soy TRNDIAN@



Hola a todos/as.

 

No os asustéis.  No me he metido en  una secta, ni profeso una religión ancestral, ni es una nueva tendencia alimentaria. Es mucho mejor que eso, es pertenecer a una comunidad donde se desarrollan proyectos de marketing colaborativo. Es decir, las marcas se ponen en contacto con la comunidad trnd para probar sus productos antes que salgan al mercado o bien en el momento de su lanzamiento.  Podéis saber más acerca de ellos en su página web www.trnd.es

 


En mi caso, fui seleccionado de entre más de 15.000 trndian@s para probar las nuevas zapatillas de la marca Reebok. Se trata del modelo One Cushion, unas zapatillas para deportistas que no solo se centran en el running.  Una de sus características son la polivalencia,  prometen una ligereza y una comodidad fuera de serie. Y en esas estamos, tenemos la misión ( junto con otros 99 trndian@s) y la suerte de hacer un test a estas zapatillas, que salieron al mercado a principios del mes de julio. Agradecer desde aquí la confianza de la marca Reebok  y a los chicos de www.trnd.es  por ser uno de los elegidos.

 

El proyecto arrancó a principios de julio, pero las zapatillas me llegaron ayer (miércoles 24/07/2013). Eso supone que los compañeros de test ya me llevan unos cuantos kilómetros de ventaja. Por eso me he puesto manos a la obra y he salido a correr con mi “grupeta” habitual. Un selecto grupo de runners que pertenecen al “Club de las 6.30h.” hora en la que solemos quedar para correr, frente al Centro Cultural de Martorell. Estás invitado a venir cuando quieras, son muy buena gente y andan muy rápido…

 
 


















Pero antes toca hacer un resumen del “unboxing” del producto. La caja tiene el mismo color y el mismo tacto que el de todas las zapas de running. Pero un relieve en la tapa nos hace detener la mirada y observar el logo de la marca.
 
 
Una vez abierta, encuentro una carta de bienvenida al proyecto y un manual con info de la tecnología que esconden. El tacto de las zapatillas es agradable, me sorprenden por no tener costuras exteriores ni en el interior. El logo de la marca parece “pintado” encima del lateral. Se hace algo extraño, pero despierta curiosidad. Los colores…ME ENCANTAN!!!!  El amarillo es mi color favorito (ya sé, soy un hortera, no tengo remedio) y estas preciosidades no pasarán desapercibidas en las salidas con mi grupo.





 

 

 
 
 
 
 
Cuando las calzo por primera vez me dan la sensación de amplias, no me aprietan y me gusta la sensación de ligereza que noto en los pies. Creo que me van algo grandes, porque en la zona del talón no llegan a ajustar del todo, aunque el pie queda bien sujeto. Siempre es un momento especial cuando vas a  estrenar unas “bambas” de correr. Están tan limpitas que da lástima ensuciarlas, con esa zona del empeine tan clara… Y la suela tiene muy buena pinta, flexibles y blandas, para evitar sufrir en los impactos. ¿Serán tan resbaladizas como han comentado algunos compañeros? Pronto lo sabremos…

 

sábado, 20 de julio de 2013

NAVABIKE V ANIVERSARIO





Para explicaros el segundo “objetivo” de la temporada, tengo que hacer un poco de historia…

Hace más de 10 años que veraneo  en un pueblo castellano, muy cerca de Segovia capital. Nava de la Asunción se llama, tierra de pinares, cangrejos, sol y…el pueblo de mis suegros. Todo empezó cuando retomé el ciclismo de montaña, compré una bicicleta nueva y la vieja la llevamos a Nava. Como no conocía nada de aquel territorio, me descargué unos Tracks por Internet para poder hacer salidas y pedalear en verano.  Es cuando conocí al Club Deportivo Navabike, pues eran ellos los que colgaban las rutas para GPS. Navegando por su web vi que en agosto celebraban un evento de btt, Navaviva le llaman, durante la semana cultural veraniega…







Y allí me planté yo, con mi bici de más de 13 años y su culote a juego. Cuando observé la pinta que tenían los organizadores  me quedé alucinado; equipación oficial, no les faltaba ni un detalle, pañuelo, guantes, maillot…todo a juego. Y sus monturas, vaya bicharracas!!! Bicis pata negra que solo había visto en las revistas. Pensé, Luichi ni se te ocurra salir con esta gente si no quieres morir en el intento, vaya planta de pros que tienen y tú no les duras ni un asalto. Así que tomé el refrigerio al que me invitaron y pasé el resto del verano en solitario, siguiendo rutas y conociendo los pinares…y sus bancos de arena. Era el verano de 2010.

 
 
 
Parecía que aquello de la bici de montaña calaba hondo en mi persona, no era una afición pasajera y empecé a entrenar durante el año con miembros del Club de mi pueblo, MartorellBike, en especial con el que considero mi mentor y maestro, un tal Juanjo Castells. Él me ha enseñado lo poco que sé de andar en bici de montaña y los muchos caminos y senderos que hay cerca de mi casa. Empecé a acudir a pedaladas y marchas populares de btt y conseguía volver con buenas sensaciones. Y decidí renovar el material pasados 2 años, esta vez  para huir de los frenos V-Brake  y  “enamorarme” de mi actual Alma (Orbea).
 
 

 
 
 
Total, que me envalentoné, y decidí que era hora de dar el paso, de conocer a los bikers que me invitaron a aquel refresco 2 años atrás en un día caluroso de verano.  No podía permitir perder mi “excelente” estado de forma en agosto por no poder practicar btt. Me lié la manta a la cabeza y tras un par de e-mails y contacto vía Facebook (cómo no!!!) ya tenía lugar y persona de contacto: Bar Punto de Encuentro, preguntar por Emilio Marugán. Ese verano fue el mejor verano que he pasado en Nava en más de 10 años, conocí la sierra de Valsaín (que hace de frontera natural entre Madrid y Segovia) me hinché a rodar entre pinares y encontré a unos maravillosos locos por el deporte. Fue entonces cuando me hablaron de la marcha “Navabike” la pedalada anual que organizaba el Club navero.  En ese momento tuve claro que no me podía perder esa cita…
 




 
 


 
 
Mayo 2013. Luichi carga el coche con las bicis, las niñas, la mujer y pone rumbo a la tierra de pinares. Al llegar al pueblo me siento de nuevo en casa, voy al encuentro de las nuevas amistades y el recuerdo del verano todavía flota en el ambiente. Me pongo a disposición de la Organización del evento para ayudar en lo que haga falta, y me comentan que harán una salida de reconocimiento por un tramo del recorrido. Acudo a la cita y por fin  puedo saludar al presi Emilio, al gran Borchi y a Jose “the Boss”, que gasta una preciosa Orbea Alma Absalon World Champion Edition.  Salida tranquila pero con algún percance premonitorio, pues Jose rompe la cadena y Emilio tiene que arremangarse para hacer de mecánico.


Yo estaba empeñado en que esta marcha tenía que ser diferente, quería ayudar en lo que pudiera. Tras insistir un poquito, me dejaron asistir al cuartel general del Club dos días antes de la marcha, donde iban a  prepararse las bolsas de los corredores, ultimar recorridos alternativos (en caso de meteorología adversa) coordinar la seguridad de los participantes (protección civil y ambulancias) y la logística de los avituallamientos. Me quedé sorprendido, la sede social (Planta superior del Bar Punto de Encuentro) se quedó pequeña para acoger a toda la gente dispuesta a “currar” por y para la prueba. Allí el que “cortaba el bacalao” era un tal David. Tenía muy claro como coordinar el trabajo de tanta gente y, PC Portátil en mano, puso orden en aquella sala, todos a trabajar en cadena y en silencio…bueno, algunos hacían más caso, otros no tanto ¡¡¡ ja ja ja!!! Cuando me quedé alucinado fue cuando David me llamó por mi nombre, si no había visto a aquel tipo en mi vida!!! Qué grande es este tío, sabe más que los ratones coloraos.
  
Mañana del día “D” me presento en el lugar de la salida. Ayudo a montar los arcos hinchables, las mesas, las cajas con las bolsas de los corredores y empieza a llegar gente. Que ambientazo, el sol empezaba a salir y aquello se llenó de ciclistas por todos lados. Muchos de ellos se conocían de ediciones anteriores, otros son de pueblos vecinos, se empiezan a hacer colas en las mesas para retirar los dorsales, la cosa marcha. Momento en que vuelvo a casa, me visto de corto y cojo mi bici. Al llegar al punto de salida, me dispongo a salir en la parte de atrás, para no perder la costumbre en las salidas  (podéis repasar mis anteriores crónicas en este blog, no aprendo ni a palos). Una voz familiar grita mi nombre y un tío corpulento, bien plantado y con pinta de atleta me dice “tú a mi vera” Era Borchi que me llama para que le acompañe en primera fila, bajo el arco hinchable. Vaya momentazo, estoy rodeado por completo por miembros del Club Navabike y hasta me sacan una foto con el alcalde!!!!  Tras la entrega del maillot conmemorativo al consistorio y unas palabras de David se da la salida a la prueba.

 

 

 

Tenía claro que esta pedalada estaba siendo especial por muchos motivos, así que busqué vivirla desde dentro.  A la salida del pueblo, por la carretera de Navas de Oro  (a la altura del “Studio 54 navero” (discoteca antes conocida como “Osiris”) decido apartarme de la cabeza del pelotón y esperarme con Borchi, que era al encargado de cerrar la marcha. Una tarea poco valorada pero muy necesaria para velar por la seguridad de los participantes y asegurarse que no queda nadie perdido en medio del monte. Al poco de comenzar primer “hombre al agua” o mejor dicho “hombre al sembrao” Paramos para interesarnos si necesitaba alguna cosa, pero no hizo falta intervenir, los bikers somos gente muy fuerte…

 

Seguimos por la pista entre arena y pinos, hasta llegar a un giro a la izquierda. Allí, el paisano que llevaba a mi lado se vuelve loco de alegría (y no es para menos). Su hijo Pablo le ha preparado una sorpresa,  está  controlando la marcha e indicando con un pirulo luminoso el giro a todos los participantes. Orgullo de padre, este Pablete apunta maneras encima y fuera de la bici, de tal palo… En este punto Borchi me presentó a Isidro, otro navabiker que se iba a quedar con nosotros cerrando la marcha: Poco a poco voy conociendo a más gente del Club!!! El recorrido A (el más duro) iba por la parte baja del río, nosotros nos quedamos esperando el paso de los participantes arriba y pudimos ver las dos caras de la moneda. Los primeros bikers que empujaban y llevaban una marcha de más puesta y otros que la llevaban de menos. Vaya caritas, y eso que a la marcha le quedaba un buen kilometraje, solo había hecho que empezar.  En ese momento también recibimos un jarro de agua fría pues, Jose “el Boss” (mi compañero en la salida de reconocimiento días antes) se había caído y parecía que la muñeca andaba tocada. Al final fisura ósea y un vendaje de yeso. Definitivamente esa semana estaba gafada para él. Espero que te mejores muy pronto y puedas volver a preparar El Soplao…y conquistarlo.

Una vez en Navas de Oro subimos la cuesta de Escarpias y nos dirigimos hacia Costanzana a muy buen ritmo. Llegamos a otro punto donde el recorrido A bajaba por un camino a la derecha y el resto seguían recto (menos duro). Aquí Borchi me demostró la experiencia que tiene en esto de organizar marchas btt, el cuidado y atención por el detalle. En teoría ya habían pasado todos los ciclistas del grupo A, pero él no quería quedarse con la duda…y menos mal. Su “olfato” nos llevó hasta un biker rezagado que se había quedado tirado por un pinchazo. Le ayudamos y pudimos retomar la marcha hasta el primer avituallamiento, en el monte Carbonero.
 


Ahora llegaríamos a un lugar que me dejó maravillado por su paisaje, en esta época del año muy verde, y que intentaré visitar este verano. Se trata de la subida a Fuentes, parecía la casa de los teletubbies, como si una alfombra recubriese el suelo y pedaleáramos sobre moqueta. Allí tuvimos que parar, para dejar pasar al grupo A de la marcha, que venían como un tiro. Luego pasamos por un puente de madera “artesano”. Según me contaron fue construido por un señor de la zona. Le faltaba un poco de mantenimiento y alguna tabla, pero pudimos pasar sin percances. Y la subida siguiente fue muy divertida, rodamos por encima de unas losas de piedra que llevaban a una cantera de pizarra, el sol apretaba de lo lindo por allí.

 

Había que recuperar tiempo para enganchar a los ciclistas del grupo B, así que después de una charla “técnica” de Borchi y los conductores del camión escoba, empezamos a tirar rápido camino de Domingo García y la ermita de San Isidro.  Empezamos a subir las piedras y vemos que las últimas unidades del grupo van bastante justitos y les cuesta subir. Pensé “bien, ya hemos alcanzado al gran pelotón” pero un par de percances nos haría retrasarnos de nuevo. De repente veo como Borchi rompe la cadena de su bici. Normal, con ese poderío y esa potencia que guardan sus piernas necesitaría una cadena de Adamantium ( algunos estaréis flipando, no conocéis este metal. Es el material con el que están hechas las garras de Lobezno. ¿Qué quien es Lobezno? Otro día os hablo de los X-Men, ok?). Nada que no pueda arreglar un trincha-cadenas y un cierre rápido. Seguimos subiendo…

 

Cuando empezamos a bajar, dirección a Bernardos, vemos a 2 bikers en apuros. Uno de ellos había pinchado la cámara. Además no podía prestarle la que llevaba yo de repuesto, ya que su llanta tenía el agujero fino de válvula presta. Intentamos poner 2 parches, pero el trabajo fue inútil. La cámara llevaba dentro un líquido anti pinchazos y tenía como unos bultos que impedían la buena adherencia del parche. Al final vino Felipe y otro compañero en un Quad y llamaron a la Pick-Up para echar la bici arriba. Perdimos mucho tiempo entre estos dos percances, así que acortamos un poco la ruta y fuimos directos al segundo avituallamiento. Allí las chicas estaban esperándonos para reponer fuerzas. Un plátano, recarga de agua en la mochila y salimos zumbando camino del paso de la Balisa. El compadre que venía conmigo se creció después de ver a su mujer, que le había guardado un Aquarius. Pero aquello no era Aquarius, aquello debía ser la pócima mágica de Asterix y los irreductibles galos. ¡¡¡Como daba pedales!!! Yo volvía a sufrir por la cadena, ya no me quedaban más eslabones rápidos…


 
Una vez en la Balisa veo que está Adolfo (el hermano del presi) preparado para sacarnos unos retratos con su cámara. Como había un palmo de agua, en vez de bordear el charco, lo pasé por el medio. Ya que te van a hacer una foto, al menos que salga chula, no???  Doy fe que la secuencia de instantáneas es espectacular. Gracias Tobe!!!  Llegamos al camino del Ave y empezamos a ver las últimas unidades de la marcha. Allí fue el primer y único momento de relajación de todo el recorrido, donde fuimos a remolque de las circunstancias. Al llegar al prado de Navaverde estaban todos parados para reagruparnos, y así fue como entramos triunfales por las calles de Nava, que acogió la llegada de los ciclistas con aplausos y gritos de ánimo. Cruzamos la línea de meta los tres mosqueteros (Borchi, Isidro y yo) y allí obtuve el mejor trofeo que se puede tener, a mis tres chicas esperándome para darme un enorme beso y abrazo. Mereció la pena el esfuerzo.

 












Una vez duchado me dirijo hacia el Polideportivo, a comer con la familia y explicarnos las aventuras vividas durante la mañana. Como nos daba corte y conocíamos a pocas personas, nos pusimos a comer en las gradas, y dejamos las mesas para los demás. Cuando estábamos terminando una persona, desde lo lejos, hacía aspavientos con las manos. Era Borchi, que nos invitaba a bajar a la pista y comer con otros miembros del Club. Y el momento especial de la tarde vino cuando me entregaron el premio al ciclista que venía de más lejos.  David no paraba de hablar por el micro, de repente, todos se giraron y me miraron a mí. No me había enterado, pero me estaban llamando para recoger el obsequio…JUAS!!!  Pocas cosas se pueden criticar de la marcha, pero una sugerencia es contar con otro equipo de sonido para ediciones futuras. El que se utilizó no se escuchaba bien y producía mucho eco.
 
 
 
Y esta es mi visión personal de la marcha Navabike V aniversario. A continuación os dejo el enlace a la página web del Club (mi Club) algún video de la marcha y el track GPS grabado aquel día.

 

 Nos vemos este verano, Navabikers.

Sitio Web C.D.Navabike

Track GPS Navabike V aniversario by Luichi_CR

 
 
 

Todos los videos y muchas fotos son cortesía de Adolfo Marugán