sábado, 20 de julio de 2013

NAVABIKE V ANIVERSARIO





Para explicaros el segundo “objetivo” de la temporada, tengo que hacer un poco de historia…

Hace más de 10 años que veraneo  en un pueblo castellano, muy cerca de Segovia capital. Nava de la Asunción se llama, tierra de pinares, cangrejos, sol y…el pueblo de mis suegros. Todo empezó cuando retomé el ciclismo de montaña, compré una bicicleta nueva y la vieja la llevamos a Nava. Como no conocía nada de aquel territorio, me descargué unos Tracks por Internet para poder hacer salidas y pedalear en verano.  Es cuando conocí al Club Deportivo Navabike, pues eran ellos los que colgaban las rutas para GPS. Navegando por su web vi que en agosto celebraban un evento de btt, Navaviva le llaman, durante la semana cultural veraniega…







Y allí me planté yo, con mi bici de más de 13 años y su culote a juego. Cuando observé la pinta que tenían los organizadores  me quedé alucinado; equipación oficial, no les faltaba ni un detalle, pañuelo, guantes, maillot…todo a juego. Y sus monturas, vaya bicharracas!!! Bicis pata negra que solo había visto en las revistas. Pensé, Luichi ni se te ocurra salir con esta gente si no quieres morir en el intento, vaya planta de pros que tienen y tú no les duras ni un asalto. Así que tomé el refrigerio al que me invitaron y pasé el resto del verano en solitario, siguiendo rutas y conociendo los pinares…y sus bancos de arena. Era el verano de 2010.

 
 
 
Parecía que aquello de la bici de montaña calaba hondo en mi persona, no era una afición pasajera y empecé a entrenar durante el año con miembros del Club de mi pueblo, MartorellBike, en especial con el que considero mi mentor y maestro, un tal Juanjo Castells. Él me ha enseñado lo poco que sé de andar en bici de montaña y los muchos caminos y senderos que hay cerca de mi casa. Empecé a acudir a pedaladas y marchas populares de btt y conseguía volver con buenas sensaciones. Y decidí renovar el material pasados 2 años, esta vez  para huir de los frenos V-Brake  y  “enamorarme” de mi actual Alma (Orbea).
 
 

 
 
 
Total, que me envalentoné, y decidí que era hora de dar el paso, de conocer a los bikers que me invitaron a aquel refresco 2 años atrás en un día caluroso de verano.  No podía permitir perder mi “excelente” estado de forma en agosto por no poder practicar btt. Me lié la manta a la cabeza y tras un par de e-mails y contacto vía Facebook (cómo no!!!) ya tenía lugar y persona de contacto: Bar Punto de Encuentro, preguntar por Emilio Marugán. Ese verano fue el mejor verano que he pasado en Nava en más de 10 años, conocí la sierra de Valsaín (que hace de frontera natural entre Madrid y Segovia) me hinché a rodar entre pinares y encontré a unos maravillosos locos por el deporte. Fue entonces cuando me hablaron de la marcha “Navabike” la pedalada anual que organizaba el Club navero.  En ese momento tuve claro que no me podía perder esa cita…
 




 
 


 
 
Mayo 2013. Luichi carga el coche con las bicis, las niñas, la mujer y pone rumbo a la tierra de pinares. Al llegar al pueblo me siento de nuevo en casa, voy al encuentro de las nuevas amistades y el recuerdo del verano todavía flota en el ambiente. Me pongo a disposición de la Organización del evento para ayudar en lo que haga falta, y me comentan que harán una salida de reconocimiento por un tramo del recorrido. Acudo a la cita y por fin  puedo saludar al presi Emilio, al gran Borchi y a Jose “the Boss”, que gasta una preciosa Orbea Alma Absalon World Champion Edition.  Salida tranquila pero con algún percance premonitorio, pues Jose rompe la cadena y Emilio tiene que arremangarse para hacer de mecánico.


Yo estaba empeñado en que esta marcha tenía que ser diferente, quería ayudar en lo que pudiera. Tras insistir un poquito, me dejaron asistir al cuartel general del Club dos días antes de la marcha, donde iban a  prepararse las bolsas de los corredores, ultimar recorridos alternativos (en caso de meteorología adversa) coordinar la seguridad de los participantes (protección civil y ambulancias) y la logística de los avituallamientos. Me quedé sorprendido, la sede social (Planta superior del Bar Punto de Encuentro) se quedó pequeña para acoger a toda la gente dispuesta a “currar” por y para la prueba. Allí el que “cortaba el bacalao” era un tal David. Tenía muy claro como coordinar el trabajo de tanta gente y, PC Portátil en mano, puso orden en aquella sala, todos a trabajar en cadena y en silencio…bueno, algunos hacían más caso, otros no tanto ¡¡¡ ja ja ja!!! Cuando me quedé alucinado fue cuando David me llamó por mi nombre, si no había visto a aquel tipo en mi vida!!! Qué grande es este tío, sabe más que los ratones coloraos.
  
Mañana del día “D” me presento en el lugar de la salida. Ayudo a montar los arcos hinchables, las mesas, las cajas con las bolsas de los corredores y empieza a llegar gente. Que ambientazo, el sol empezaba a salir y aquello se llenó de ciclistas por todos lados. Muchos de ellos se conocían de ediciones anteriores, otros son de pueblos vecinos, se empiezan a hacer colas en las mesas para retirar los dorsales, la cosa marcha. Momento en que vuelvo a casa, me visto de corto y cojo mi bici. Al llegar al punto de salida, me dispongo a salir en la parte de atrás, para no perder la costumbre en las salidas  (podéis repasar mis anteriores crónicas en este blog, no aprendo ni a palos). Una voz familiar grita mi nombre y un tío corpulento, bien plantado y con pinta de atleta me dice “tú a mi vera” Era Borchi que me llama para que le acompañe en primera fila, bajo el arco hinchable. Vaya momentazo, estoy rodeado por completo por miembros del Club Navabike y hasta me sacan una foto con el alcalde!!!!  Tras la entrega del maillot conmemorativo al consistorio y unas palabras de David se da la salida a la prueba.

 

 

 

Tenía claro que esta pedalada estaba siendo especial por muchos motivos, así que busqué vivirla desde dentro.  A la salida del pueblo, por la carretera de Navas de Oro  (a la altura del “Studio 54 navero” (discoteca antes conocida como “Osiris”) decido apartarme de la cabeza del pelotón y esperarme con Borchi, que era al encargado de cerrar la marcha. Una tarea poco valorada pero muy necesaria para velar por la seguridad de los participantes y asegurarse que no queda nadie perdido en medio del monte. Al poco de comenzar primer “hombre al agua” o mejor dicho “hombre al sembrao” Paramos para interesarnos si necesitaba alguna cosa, pero no hizo falta intervenir, los bikers somos gente muy fuerte…

 

Seguimos por la pista entre arena y pinos, hasta llegar a un giro a la izquierda. Allí, el paisano que llevaba a mi lado se vuelve loco de alegría (y no es para menos). Su hijo Pablo le ha preparado una sorpresa,  está  controlando la marcha e indicando con un pirulo luminoso el giro a todos los participantes. Orgullo de padre, este Pablete apunta maneras encima y fuera de la bici, de tal palo… En este punto Borchi me presentó a Isidro, otro navabiker que se iba a quedar con nosotros cerrando la marcha: Poco a poco voy conociendo a más gente del Club!!! El recorrido A (el más duro) iba por la parte baja del río, nosotros nos quedamos esperando el paso de los participantes arriba y pudimos ver las dos caras de la moneda. Los primeros bikers que empujaban y llevaban una marcha de más puesta y otros que la llevaban de menos. Vaya caritas, y eso que a la marcha le quedaba un buen kilometraje, solo había hecho que empezar.  En ese momento también recibimos un jarro de agua fría pues, Jose “el Boss” (mi compañero en la salida de reconocimiento días antes) se había caído y parecía que la muñeca andaba tocada. Al final fisura ósea y un vendaje de yeso. Definitivamente esa semana estaba gafada para él. Espero que te mejores muy pronto y puedas volver a preparar El Soplao…y conquistarlo.

Una vez en Navas de Oro subimos la cuesta de Escarpias y nos dirigimos hacia Costanzana a muy buen ritmo. Llegamos a otro punto donde el recorrido A bajaba por un camino a la derecha y el resto seguían recto (menos duro). Aquí Borchi me demostró la experiencia que tiene en esto de organizar marchas btt, el cuidado y atención por el detalle. En teoría ya habían pasado todos los ciclistas del grupo A, pero él no quería quedarse con la duda…y menos mal. Su “olfato” nos llevó hasta un biker rezagado que se había quedado tirado por un pinchazo. Le ayudamos y pudimos retomar la marcha hasta el primer avituallamiento, en el monte Carbonero.
 


Ahora llegaríamos a un lugar que me dejó maravillado por su paisaje, en esta época del año muy verde, y que intentaré visitar este verano. Se trata de la subida a Fuentes, parecía la casa de los teletubbies, como si una alfombra recubriese el suelo y pedaleáramos sobre moqueta. Allí tuvimos que parar, para dejar pasar al grupo A de la marcha, que venían como un tiro. Luego pasamos por un puente de madera “artesano”. Según me contaron fue construido por un señor de la zona. Le faltaba un poco de mantenimiento y alguna tabla, pero pudimos pasar sin percances. Y la subida siguiente fue muy divertida, rodamos por encima de unas losas de piedra que llevaban a una cantera de pizarra, el sol apretaba de lo lindo por allí.

 

Había que recuperar tiempo para enganchar a los ciclistas del grupo B, así que después de una charla “técnica” de Borchi y los conductores del camión escoba, empezamos a tirar rápido camino de Domingo García y la ermita de San Isidro.  Empezamos a subir las piedras y vemos que las últimas unidades del grupo van bastante justitos y les cuesta subir. Pensé “bien, ya hemos alcanzado al gran pelotón” pero un par de percances nos haría retrasarnos de nuevo. De repente veo como Borchi rompe la cadena de su bici. Normal, con ese poderío y esa potencia que guardan sus piernas necesitaría una cadena de Adamantium ( algunos estaréis flipando, no conocéis este metal. Es el material con el que están hechas las garras de Lobezno. ¿Qué quien es Lobezno? Otro día os hablo de los X-Men, ok?). Nada que no pueda arreglar un trincha-cadenas y un cierre rápido. Seguimos subiendo…

 

Cuando empezamos a bajar, dirección a Bernardos, vemos a 2 bikers en apuros. Uno de ellos había pinchado la cámara. Además no podía prestarle la que llevaba yo de repuesto, ya que su llanta tenía el agujero fino de válvula presta. Intentamos poner 2 parches, pero el trabajo fue inútil. La cámara llevaba dentro un líquido anti pinchazos y tenía como unos bultos que impedían la buena adherencia del parche. Al final vino Felipe y otro compañero en un Quad y llamaron a la Pick-Up para echar la bici arriba. Perdimos mucho tiempo entre estos dos percances, así que acortamos un poco la ruta y fuimos directos al segundo avituallamiento. Allí las chicas estaban esperándonos para reponer fuerzas. Un plátano, recarga de agua en la mochila y salimos zumbando camino del paso de la Balisa. El compadre que venía conmigo se creció después de ver a su mujer, que le había guardado un Aquarius. Pero aquello no era Aquarius, aquello debía ser la pócima mágica de Asterix y los irreductibles galos. ¡¡¡Como daba pedales!!! Yo volvía a sufrir por la cadena, ya no me quedaban más eslabones rápidos…


 
Una vez en la Balisa veo que está Adolfo (el hermano del presi) preparado para sacarnos unos retratos con su cámara. Como había un palmo de agua, en vez de bordear el charco, lo pasé por el medio. Ya que te van a hacer una foto, al menos que salga chula, no???  Doy fe que la secuencia de instantáneas es espectacular. Gracias Tobe!!!  Llegamos al camino del Ave y empezamos a ver las últimas unidades de la marcha. Allí fue el primer y único momento de relajación de todo el recorrido, donde fuimos a remolque de las circunstancias. Al llegar al prado de Navaverde estaban todos parados para reagruparnos, y así fue como entramos triunfales por las calles de Nava, que acogió la llegada de los ciclistas con aplausos y gritos de ánimo. Cruzamos la línea de meta los tres mosqueteros (Borchi, Isidro y yo) y allí obtuve el mejor trofeo que se puede tener, a mis tres chicas esperándome para darme un enorme beso y abrazo. Mereció la pena el esfuerzo.

 












Una vez duchado me dirijo hacia el Polideportivo, a comer con la familia y explicarnos las aventuras vividas durante la mañana. Como nos daba corte y conocíamos a pocas personas, nos pusimos a comer en las gradas, y dejamos las mesas para los demás. Cuando estábamos terminando una persona, desde lo lejos, hacía aspavientos con las manos. Era Borchi, que nos invitaba a bajar a la pista y comer con otros miembros del Club. Y el momento especial de la tarde vino cuando me entregaron el premio al ciclista que venía de más lejos.  David no paraba de hablar por el micro, de repente, todos se giraron y me miraron a mí. No me había enterado, pero me estaban llamando para recoger el obsequio…JUAS!!!  Pocas cosas se pueden criticar de la marcha, pero una sugerencia es contar con otro equipo de sonido para ediciones futuras. El que se utilizó no se escuchaba bien y producía mucho eco.
 
 
 
Y esta es mi visión personal de la marcha Navabike V aniversario. A continuación os dejo el enlace a la página web del Club (mi Club) algún video de la marcha y el track GPS grabado aquel día.

 

 Nos vemos este verano, Navabikers.

Sitio Web C.D.Navabike

Track GPS Navabike V aniversario by Luichi_CR

 
 
 

Todos los videos y muchas fotos son cortesía de Adolfo Marugán

 

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