martes, 22 de mayo de 2012

Un desierto pasado x agua. MONEGROS 2012 (Parte 2).



Continuamos con un terreno de sube y baja muy divertido, la mejor zona del recorrido a mi parecer. Se combinan zonas anchas con otras estrechas, pasamos una charca y hasta una mini zona de dunas, donde la gente se va quedando. Nadie me puede parar (eso creo) y contacto con 2 bikers con los que parece que llevamos el mismo ritmo. Comparto con ellos unos 3 Km hasta que veo que no puedo quedarme a su estela y vuelvo a apretar, hasta llegar al último avituallamiento (Km. 105) . La gente te da ánimos, los voluntarios se esfuerzan en recoger la porquería que vamos tirando los de las bicicletas. Hago un inciso para denunciar y censurar nuestra conducta. No puede ser que a menos de 50 metros de un avituallamiento, donde hay bolsas de basura, la gente tiré las botellas de agua vacías y envoltorios de todo tipo. Vergüenza ajena sentí y me disculpé en nombre de todos a una chica que estaba recogiendo desperdicios al borde del camino. Los voluntarios como siempre, un 13 sobre 10.



Hay que darlo todo en los últimos 20 Km. La noche estaba apunto de caer y no podía reservar ni un microgramo de glucosa de mi cuerpo. Me puse los manguitos (empezaba a bajar la temperatura) me limpié las gafas y salí en busca de la Gloria, cosa que no encontré. Hasta aquí la parte bonita y para recordar de esta marcha. Lo que vino a continuación, tanto el final del recorrido como la post-pedalada, fueron para olvidar.



Empezó a llover muy fuerte de repente. Entré en una zona de pista que parecía el huerto de los Teletubies, sube y baja, curvas, etc. Luego dimos con una pista ancha, pero aquí había mucha gente parada y caminando por fuera dl camino. Aquello tenía mala pinta, pero había que intentarlo. Nadie se atrevía a probar, pero yo no tenía nada que perder, así que saqué mi bici de los huertos y monté sobre ella, a riesgo de caerme y ser el hazmerreír de la concurrencia. La cosa funcionó!!!!  Y otros me siguieron. Pero las alegrías duraron poco. A unos 10 Km del final más de lo mismo, la gente caminando y pocos bikers por el camino del medio. Seguí con mi trazada, la rueda trasera quería adelantarme y yo procuraba que no lo hiciera. Pero esto se ponía cada vez más feo. La lluvia ya hacía rato que había inundado el camino. Y recordad que esta tierra es especial, es arcilla y eso bloqueó mis ruedas, el desviador, el cambio trasero y las ilusiones de muchos otros.



El espectáculo fue dantesco y patético. Gente con el cambio roto, gente que se caía delante de mí, ciclistas lavando la bici en un canal de riego para quitar el barro que bloqueaba los mecanismos, pero que no serviría de nada en cuanto pusieran la bici de nuevo en la pista…¿tanto costaba a la organización neutralizar la prueba en ese punto y desviarnos por un camino alternativo hasta el pueblo? Allí nadie apareció y costó sudor y sangre para salir de aquel atolladero. Tras cargar la bici a cuestas y perder más de 20 minutos llegamos a una zona menos arcillosa que daba paso a una pequeña carretera que daba acceso a la meta. Aquello fue un sprint a riesgo de romper la bici. Cansado, desanimado, con la moral por los suelos, mojado como un bacalao me planté en la línea de meta con ganas de lavar la bici y desaparecer del mapa. Pero eso también costó lo suyo.



Siguen las alegrías. Los ciclistas que me preceden deciden parar debajo del arco de meta para hacerse unas fotos y charlar con la familia. Brillante idea, si no fuera porque detrás veníamos 1.000 ciclistas más con ganas de terminar con la pesadilla y descansar. Se armó un follón considerable, no hacían caso de los miembros de la organización y tuve que salir de allí a empujones. Por no tener no tengo ni la foto de mi llegada, pero para las pintas que tenía…



Fui directamente a la cola para lavar la bici. No es que sea un pijo o alérgico a la suciedad, pero es que mi Alma viajaba dentro del coche y no era buena idea meterla en aquel estado. Hambriento, cansado, cabreado conmigo mismo, mis ropas mojadas y la bajada de temperatura no eran la mejor combinación y empecé a tiritar de frío. Aguanté media hora de cola, hasta que me vino a “rescatar” Axel y me dijo que no valía la pena esperar más allí. Ya en el coche me cambié y entré en calor. La ducha tampoco era una buena elección, si no quería morir de una neumonía aquella misma noche, no había agua caliente. Pere y Axel fueron a lavar mi bici a una gasolinera próxima, pero también había una cola de más de 2 horas, así que la bici sucia pal coche, OLÉ!!! 



Me acerqué a cenar alguna cosa. Pedí una cerveza, pero ya no quedaba. Fui a pedir un trozo de ternera a la brasa, tampoco quedaba. Miento!!! Quedaba media vaca, pero estaba reservada para los miembros de la organización. Intenté ir al servicio, pero aquellos WC portátiles estaban embozados, sucios e inservibles, además de que había menos de una docena para más de 6.000 personas. Pregunté donde daban la medalla de “Finisher” que se entrega a los bikers que han cubierto el recorrido del maratón en menos de 8 horas, pero este año ya no hay.  También se publicitaba que, a la llegada, un equipo de fisios estarían para hacer masajes, pero tampoco había ni rastro de ellos, habían terminado a las 20h.  Mi pregunta es  ¿la inscripción costaba lo mismo para todos? Porque unos ciclistas han tenido opción de comer, beber, darse un masaje y otros no. Contando con que todavía quedaban más de 1.000 participantes por llegar, ¿Qué se encontrarían al terminar la prueba? Contando que el barro retrasó el horario previsto de muchos ciclistas...



Total que al final pude coger de refilón un plato de Fideua, un trozo de pan y un refresco parecido al Aquarius, pero del cual desconocía la marca. Algo es algo. Si el otro día destacaba la buena organización de la pedalada de Cabrils, con la Monegros no puedo decir lo mismo, no han estado a la altura de una prueba con tanto nombre y que utiliza la marca Orbea como escaparate y para hacer mega-publicidad. Y que conste que soy cliente de Orbea, pero aquí se les ha ido de las manos. Lo peor es que este no ha sido el único año mal organizado. Tal vez faltó limitar las inscripciones a menos participantes, o llevar un mejor control en el tema comida ( a mi no me pidieron que enseñara, en ningún momento, la pulsera que te acreditaba como participante) seguro que más de uno comió  gratis con el importe de las inscripciones de bikers que todavía estaban por llegar a la meta. Faltaron aseos, unas duchas en condiciones, más mangueras a presión para lavar las bicis y tal vez sobró el numerito del Helicóptero, que fue de cara a la galería.



A pesar de todas estas experiencias, creo que volvería a repetir, pero me llevaría el bocata de casa, ni me plantearía lavar la bici y me quedaría a pasare el fin de semana en las cercanías de Sariñena, para poderme duchar en condiciones tras la prueba, descansar  y poder comentar la jugada con mis amigos. La intención es bajar el tiempo invertido en mi primera participación. Creo que es un reto muy asequible, si contamos que estuve parado más de 1 hora y 20 minutos durante el recorrido y que mi cuerpo trabajó por debajo del 75% durante toda la pedalada. ¿Aconsejaría esta pedalada? Sí, pero con argumentos y explicando lo que allí se van a encontrar “de verdad”  para evitar sorpresas desagradables.



Resumen de la prueba:

115 Km recorridos en un tiempo total de 7 horas 38 minutos (de los cuales 1h 16 min. parado).

1.249 metros de desnivel positivo acumulado.

Velocidad media 15 Km/h y una máxima de 49,6 Km/h.

F.C. media de 148 ppm y una máxima de 176 ppm.


Link Track by Luichi_CR:
Monegros 2012 by Luichi:_CR de luichi_cr en Garmin Connect: Detalles

Reto superado, próximo desafío ya en mente. Solo os daré una pista, será por estas fechas en 2013...

lunes, 14 de mayo de 2012

Un desierto pasado x agua. MONEGROS 2012 (Parte 1).



Llegó el día. Un desafío en toda regla para mi, un biker aficionado que no había cubierto más de 60 km de una tacada. Y el entorno también era especial, el desierto de los Monegros, así que cubrir la distancia de 120 Km. se convirtió en una meta, una ilusión, un anhelo y un reto personal. El objetivo se superó, pero con sensaciones agri-dulces como más tarde os contaré.


8h. de la mañana. He quedado con Axel y Pere en un área de servicio en la AP-2. Más tarde pasamos a buscar a los 2 "Davids” por una gasolinera de Fraga y juntos llegamos al pueblo de Sariñena, epicentro y lugar de salida de la Monegros 29er 2012. Al llegar lo que impresiona es el ambiente. Muchas caravanas, autocaravanas, tiendas de campaña y coches en el solar destinado a aparcamiento. La zona es un ir y venir de gente “disfrazada” de ciclista con bolsas y sus bicicletas, muchas de ellas de alta gama. Las banderolas de Orbea, patrocinador oficial de la prueba, ondean en el cajón de salida delimitado por vallas. Están haciendo pruebas de sonido y la música ya suena en los altavoces, la cosa promete.


 
Nos juntamos con Eloi, el biker que faltaba de la grupeta. El tiene la suerte de venir acompañado por su familia y ha dormido aquí. Vamos a buscar los dorsales, dentro de una nave industrial, separados en stands según tu número asignado. Nos entregan una bolsa azul, que contiene una pulsera para los avituallamientos, una camiseta técnica, una pegatina y el dorsal con chip incorporado. De momento todo normal, como cualquier otra pedalada, pero con más gente. Hay que recordar que habían inscritos un total de 6.000 bikers, con sus respectivos acompañantes, coches, etc  también encontramos una pequeña zona expo donde poder ver las últimas novedades de Orbea, comprar ropa, libros, tiendas de campaña y productos relacionados con los deportes Outdoor.



Vamos a la zona de comedor a coger fuerzas. Todos con su “tuper” en mano, devorando platos de pasta, arroz, algo de carne y plátanos. Típica comida de ciclista. Allí me encuentro con otro compi, el gran Jordi Gallart, compañero de fatigas en otras pedaladas como las del Open BTT Tour o La Portals 2012. Nos saludamos y nos damos ánimos y suerte (la íbamos a necesitar). Tras la comida, un breve paseo por las instalaciones habilitadas para la ocasión. Me llamaron la atención varios detalles como la ausencia de vestuarios para que la gente se cambiara, que solo hubiera 2 mangueras con agua a presión para lavar las bicis o el número de WCs portátiles. Creo que conté unos 8 o 9. Para 6.000 participantes y acompañantes se me antojaban insuficientes, vamos que no me salían las cuentas.


 
Volvemos al coche, empezamos a cambiarnos y a montar las bicis. Menos de una hora para la salida y todavía con estos pelos!!!!!  Foto de familia y para la línea de partida como siempre, al final del pelotón. Risas, nervios, fotos de última hora, comprobaciones del material, gafas, mochila,etc. De repente, un helicóptero despegó al lado nuestro, señal inequívoca de que esto iba a empezar. Fue un golpe de efecto de la Organización, un número “circense” a la postre innecesario porque creo que no iba medicalizado y solo sirvió para hacer alguna foto de la salida. Ya se hubieran podido ahorrar ese gasto y comprar más comida…



Salida!!!!!  Entre empujones y con un pie en el suelo llegamos a pasar por el arco de salida. Ese momento sí que fue bonito. El pueblo entero salió a la calle para animar a los aguerridos ciclistas que iban a conquistar el desierto. Pero antes de tocar tierra, ya comenzaron los primeros embotellamientos. No puedes pretender que 4.500 tíos pasen por una calle estrecha a la vez, eso no fue buena idea…





 Salimos del pueblo y nos encontramos una pista totalmente plana, polvorienta, la gente iba muy deprisa, demasiado y así les fue a algunos, que acabaron con sus huesos en el suelo.




Creo que este accidente se debió a la imprudencia del biker, que se desplazó lateralmente para no pisar un charco y se llevó por delante a 2 ciclistas. No es que la gente sea alérgica al barro, es que el barro de Los Monegros tiene trampa. Se trata de una tierra arcillosa que, cuando se seca, queda muy endurecida y puede pasarte factura a lo largo de una travesía tan larga como esta, obligándote a abandonar por problemas mecánicos. Muchos se quejan de esta conducta, pero señalizando la acción, creo que está más que justificada. Así vimos luego gente con la cadena a modo de collar…



Tras pasar varios charcos y diferentes embotellamientos, decido empezar a marcarme un ritmo, para poder llegar con garantías al final y reservar fuerzas para la temible travesía que me habían descrito. Así pues me separé del grupo y me quedé rezagado junto con Eloi. Empezamos a subir una fuerte pendiente, aunque corta, que hizo a muchos poner pie a tierra, así que aquí empezó una primera selección. Pasamos casas en medio de la nada donde sus moradores se habían juntado para animar a los participantes. También vimos coches haciendo botellón a pie de pista, pero esa imagen prefiero borrarla de mi recuerdo…

Ejemplo de Road-Book, en este caso el de Eloi.


Llegamos al primer avituallamiento (Km. 20)  y empezamos a planear la estrategia que seguiríamos, a la postre demasiado conservadora, aunque sigo pensando que era la correcta. Solo la meteorología se interpuso en mi camino y jugó en mi contra en los últimos 30 Km. Sandía (por cierto muy buena) plátano y agua para la “joroba” fueron mis consumos. Foto, soltamos lastre y volvemos a la ruta. Ahora entramos en una zona verde. El polvo del camino contrasta con los campos de regadío en medio de la nada, solo espero que sean autosuficientes y sostenibles esos cultivos. En esta zona se puede rodar bastante rápido, a buen ritmo, pero nosotros bajamos un poco la guardia y nos íbamos explicando las vacaciones y los proyectos futuros.  ILUSOS!!!!  Perderíamos un tiempo precioso y nos encontraríamos con la lluvia al final de la etapa.



Segundo avituallamiento (Km. 50) debajo del puente de una autopista. Más fotos, hablamos con algún participante y seguimos hacia nuestro destino, ahora sí en falso llano primero y en clara pendiente ascendente después. El firme estaba roto, con piedras de cantos vivos que rajaron y pincharon más de una cubierta. Esto sí que me llamó la atención, la cantidad de pinchazos y averías que íbamos viendo durante la marcha. ¿Serían esos los valientes bikers que pasaron por encima de los charcos? No lo sé. Me encuentro fuerte, aunque sigo manteniéndome por debajo del 75 % de mi FC máxima. Eloi no puede seguir el ritmo (al final me adelantaría el jodío) y me dice que se queda con una marcha menos. Me quedo en solitario a partir del Kilómetro 60.  Todo lo que viniera después era un éxito, ya que nunca antes había pasado de esa barrera kilométrica.



La gente, al ver el GPS, me preguntaba si faltaba mucho para coronar aquella subida interminable y yo les decía que faltaban algunos kilómetros, pero que aguantaran el ritmo. Nos dábamos ánimos los unos a los otros. Llegamos arriba y empieza el festival de la velocidad. Pista ancha, muy resbaladiza, con reguerotes de la lluvia, baches, todo esto aderezado con la dificultad de esquivar los múltiples bidones que se le caían a la gente. ¿Tanto cuesta comprarse un buen portabidón? Velocidades de 50 km/h bajando, una caída aquí supondría el final de la aventura y una visita al hospital, pero valía la pena arriesgar…para subir la media que había desperdiciado en las laaaargas paradas para avituallarme y en la charleta con Eloi.



Tercer avituallamiento (Km. 80). Aquí llego pletórico de fuerzas, primero por la rápida bajada que me permitió recuperar piernas y por el escaso consumo de glucógeno desde la salida. Me lavo con el agua de un depósito brazos y piernas cubiertas de arena y me pongo repelente de insectos. La mosca negra es la reina del lugar y le molestan los bikers, por eso les deja un recuerdo todos los años. Yo no fui menos, me picaron en el muslo derecho y en el codo, pecata minuta comparado con otros.


Llegó la hora de la verdad, el punto de inflexión, el momento de ejecutar la estrategia que había estado cocinando a fuego lento, siguiendo según lo previsto, como aquel que hace caligrafía sin salirse de la raya, como aquel niño que pinta sin salirse del dibujo. Aquel era yo. Empieza una subida rota, más técnica que las anteriores, con más pendiente y más mantenida que la anterior, con un precipicio a mi izquierda que la hace más interesante todavía. Es la primera vez en toda la marcha en que nadie me adelanta, soy yo el que voy recogiendo “cadáveres” andantes, descabalgados de sus corceles metálicos. Me encuentro muy fuerte, la autoestima aumenta, las piernas responden y me digo a mí mismo que lo tengo hecho. Todo depende de mí (siempre ha sido así) pero ahora no tengo miedo de lo que venga por delante porque podré con ello. Pero no conté con las fuerzas de la naturaleza. Al llegar a lo alto de una pequeña meseta pude ver, a lo lejos, como las nubes tomaban protagonismo y estaban descargando agua unos kilómetros más al norte. Parecían las nubes de Mordor y yo iba directo hacia ellas, empezaba a chispear…



 
Hasta aquí la primera parte de la crónica. En breve segunda parte con más fotos, el Track, resumen de la prueba...vamos, lo habitual.

Agradecimientos: Los vídeos enlazados de esta entrada son propiedad de los usuarios de Youtube nectus5  y  dprog5 

jueves, 10 de mayo de 2012

CABRILENCA 2012

El día “D” ya ha pasado, como podréis apreciar por las fechas en las  que estamos. La Monegros 29er 2012 ya es historia. Os puedo adelantar que no fue lo esperado, que estoy algo decepcionado con mis prestaciones y por la Organización del evento, pero esto lo hablaremos en otro momento. Antes de explicar mi aventura en el desierto, os debo la crónica de la pedalada de Cabrils, más conocida como la “cabrilenca” o como yo le llamo, la “cabronenca”, ya veréis por qué lo digo…





Nos habíamos citado en Cabrils 3 bikers para afrontar esta cita clásica en el calendario btt catalán. Ya son 18 años los que se viene realizando esta marcha y la organización es exquisita. Todo muy ordenado, los bikers nos sentimos bien atendidos y no faltó de nada. Felicitar a la secció ciclista “La Concordia” por el trabajo realizado y a los voluntarios que hicieron posible esta bonita pedalada.

El lugar de encuentro fue la riera de Cabrils, a las 8h. Con mi gran amigo Antuán, Axel y un servidor, pero Axel avisó que se retrasaría y esto ponía en peligro la retirada de su dorsal y la participación en la prueba. Gracias a la tecnología, me envío una foto de su DNI y pudimos recoger su bolsa de bienvenida. En ella se encontraba una pulsera para poder acceder a los avituallamientos, el dorsal, un gel y el chip que nos daría el tiempo personal de cada uno. Saludos, montamos las bicis, nos preparamos los bidones y como siempre…se nos hizo tarde y salimos en la cola del pelotón (es una forma ya clásica de empezar las pedaladas).



Salimos desde una riera y empezamos a subir por una carretera estrecha, mal asfaltada y deteriorada por el poco mantenimiento recibido. Es la famosa “subida a la Mutua Metalúrgica” Subida que nos lleva a las antiguas instalaciones de una Mutua de accidentes de trabajo donde se realizaban terapias de rehabilitación. Pero no es famosa por eso, sino porque los primeros bikers en coronar (en categoría masculina y femenina) se llevan un jamón!!!!  Pero con la condición para llevarse semejante premio es la de completar el recorrido largo (40 Km).



Las vistas desde la carretera son espectaculares, podemos ver el mar y el pueblo a nuestros pies, disfrutando de un día que amaneció espectacular y radiante, tras una noche de lluvias. Coronamos y se abre una pista bastante ancha de bajada, rápida para luego remontar un poco y llegamos a un punto donde se separan los 2 recorridos (largo y corto). Aquí empieza lo bueno, empezamos a disfrutar de los muchos “corriols” que esta marcha nos obsequiaría, en este caso de bajada, pero con los esperados y habituales embotellamientos del principio, debido a alguna dificultad técnica, algún árbol caído o múltiples charcos que dificultaban el paso.


 
Tras la bajada, llegamos a una urbanización y emprendemos una subida de asfalto bastante pronunciada, que nos llevaría a otro senderito en constante subida y algo embarrado. De repente se abre el cielo, los árboles que nos cobijan desaparecen y tenemos una bajada técnica de losas bastante resbaladizas, que tras sortearlas nos llevan de nuevo a otra subida bastante ancha sin dificultad alguna.



Km 16. Aquí tenemos el primer avituallamiento del día y me reencuentro con mis compañeros de salida. Tras comer algo y llenar el depósito del Camelbak emprendemos la marcha en grupo. Una bajada pronunciada y una raíz casi dan con mi cuerpo en el suelo, pero pude echar pie a tierra a tiempo. Empezamos un sube-baja de los que te destrozan las piernas…a largo plazo. Con buen ritmo vamos subiendo dándonos relevos entre Axel y yo. Antuán se queda un poco descolgado y empezamos a adelantar a bikers que se las prometían muy felices en las bajadas, pero subiendo no tenían las mismas prestaciones. A poco de coronar, a mano derecha nos encontramos el segundo avituallamiento y decidimos esperar al “tercer mosquetero” para seguir la aventura. Unas fotos de recuerdo, un poco de agua y seguimos nuestro camino.




Antuán nos advierte que va justo de fuerzas y que no le esperemos. Así que empezamos a tirar de nuevo en otro tramo de sube-baja entre senderos y bastante cerrado a lo que a vegetación se refiere. Y llegamos al punto, para mí, más bonito y divertido de la jornada. Una bajada 100% senderito, con sus raíces, sus escalones, cerrado y rápido, muy rápido, vamos lo que aquí  llamamos “Enjoy”. Bajé a rueda de Axel y casi me mato, pero valió la pena, porque la adrenalina y las endorfinas hicieron que me sintiera grande por momentos. Pero eso, fueron momentos. La montaña me pondría en mi sitio muy pronto…


En el mundo de la mountain bike, si bajas mucho luego tienes que acordarte que subirás mucho más. Nos encontramos en la cota más baja de toda la marcha. Empezamos la subida más dura  y la trampa que escondía esta “cabronenca”.  Poco a poco me voy descolgando de Axel, que está muy fuerte, a pesar de que está todavía convaleciente de una pequeña intervención. Voy regulando, sé que tengo que trabajar el mental, y vamos subiendo con todo puesto en la bici. En el kilómetro 32 aprox. empiezan unas rampas con un porcentaje muy duro, que se suman a los kilómetros de sube-baja que llevamos en las “patas”. Solo hay que ver el perfil de la altimetría para saber que esta pedalada tiene su dureza, no hay nada plano, son unos dientes de sierra donde o subes o bajas. No hubo calambres, no hubo taquicardia, pero las piernas se pusieron muy duras y tuve que echar pie a tierra. Hice el último tercio de la subida caminando, como otros muchos bikers, en una especie de procesión multicolor.




Una vez arriba pude recuperar las piernas encima de la bici y llegué al último avituallamiento del día. Pude saludar a un antiguo compañero de trabajo (es rara la pedalada donde no me encuentre a alguien) que no veía desde hace más de 6 años!!! Cuando me disponía a partir, llegó Antuán, así que esperé que se recuperara para afrontar juntos el último tramo y llegar a meta. Empezamos una corta y divertida bajada “corriolera” y nos disponemos a atacar la última subida. Tenia claro que si era tan dura como la anterior igual me obligaría a descabalgar, pero por suerte fue más asequible, aunque me llevé otro susto. Me entró una rampa que me hizo temer lo peor, la llegada de sus primos los calambres. Pero después de estirar un poco pude retomar el camino con normalidad, subiendo con prudencia y a ritmo.




Corono en solitario (Antuán se quedó un poco retrasado en la subida, pero entramos casi juntos en meta) y me dispongo a disfrutar de la bajada, ancha, solitaria, a través de una pista que llevaba al pueblo. Se acabaron los preciosos senderitos y el sol ilumina nuestras cabezas, que habían permanecido ocultas por los arbustos del camino. La policía local nos da la bienvenida, llegamos a una zona delimitada por cintas y vallas que nos lleva a línea de meta. Objetivo cumplido!!!  Ya solo quedó ir a devolver el chip de cronometraje y recoger nuestro maillot de recuerdo. Por cierto, de mucha calidad y que este año homenajeaba al equipo nacional de rugby de Nueva Zelanda, los “ALL BLACKS” campeones mundiales en 2011.



Como anécdota, decir que me encontré con un pelotón de la vieja guardia espartana, los famosos “platicos” aliados de los Martorell Bikes y comandados por el gran Truji.  Lo de gran no es un adjetivo para resaltar lo buen biker que es, sino por su estatura y envergadura (véase la foto ilustrativa al respecto).





El punto negativo fue que unos incívicos (por decirlo de forma suave) quitaron las cintas de marcaje y algunos bikers se perdieron en el recorrido largo. Un boicot en toda regla, ajeno a la organización pero que empañó esta edición. Para otro año se debería pensar en un doble marcaje, con cintas y con cal en el suelo.


Una gran marcha, muy bien organizada, dura, con buenos obsequios y atención a los ciclistas. Recomendable para aquellos a los que les gusten los senderos. El único inconveniente es su precio (26 euros)  pero hay que destacar que los avituallamientos son muy completos, la butifarrada  y que el “obsequio” es un maillot con un diseño espectacular y confeccionado con buen tejido. Creo que se merece un rincón en mi recuerdo y en mi agenda. El año que viene, a poco que pueda, repetiré.


 
Resumen de la marcha:



40 Km con un desnivel positivo acumulado de 1.500 metros.
Tiempo invertido 4:01:15 a una media de 10,1 km/h (Tiempo total 4:46:03)
FC media 161 ppm  y FC máxima  189 ppm   Cadencia media  86 ppm

Website Organización Pedalada de Cabrils "La Cabrilenca"

Track Cabrilenca 2012 by Luichi

P.D. Ya tengo casi terminada la crónica de la Maratón de Los Monegros. La tendré que colgar en 2 partes, por lo extenso del texto. Hasta pronto!!!





Agradecimientos: Este video es propiedad del usuario de Youtube miquelvs

jueves, 3 de mayo de 2012

LA PORTALS 2012



El pasado domingo 15 de abril se celebró la tercera edición de la marcha ciclista, no competitiva, que rodea la montaña de Montserrat. Es una prueba que se realiza con bicicleta de montaña y recorre los 4 municipios o “portales” para acceder a la montaña, como son Collbató, El Bruc, Marganell y Monistrol de Montserrat.

Sus 55 kilómetros y los 1.400 metros de desnivel positivo acumulado fueron una muy buena piedra de toque para saber en que estado de forma nos encontramos. La conclusión es que nos queda mucho por mejorar, así que trabajaremos duro estas 3 semanas que nos separan de nuestro próximo objetivo, la maratón de los Monegros. Pasaré a escribir una breve crónica de lo que allí vivimos:
Llegamos a Collbató a las 8h. El cielo estaba nublado y la temperatura, de unos 8 grados, no invitaba a ser optimistas meteorológicamente hablando. En cualquier momento podía empezar a llover, aunque se veían unos claros por el norte. Esto dificultó enormemente la elección del vestuario. Decidimos salir de largo con coulotte de invierno y arriba maillot oficial (de manga corta) sobre camiseta térmica. Aquí tenéis una foto con Jordi Gallart y Jose maría Monsalvo, compañeros de fatigas, a punto de tomar la salida.



 
Nos encantamos un poco en preparar el material y tuvimos que salir casi al final del pelotón. Craso error!!! Lo pagaríamos más adelante…y varias veces. Tomamos la salida y los componentes de la grupeta nos vamos separando. Monsalvo se escaparía por delante y Jordi empezaría a marcarse un ritmo detrás de mí. Antes de salir de Collbató ya nos encontramos con el primer “atasco” bajo el arco de acceso al casco antiguo. Pasamos por la Vinya Nova y llegamos hasta El Bruc remontando posiciones. Ritmo conservador (a la postre demasiado) y afrontamos la primera subida. Muchos bikers pie a tierra a las primeras de cambio, menos mal que pudimos abrir un pasillo por medio y llegar montado hasta la última rampa antes de llegar a Can Massana. Allí nos encontramos el primer avituallamiento, pero decido no parar, para compensar el tiempo perdido en los 2 atascos anteriores.



Ahora toca un enlace rápido por carretera, no sin antes disfrutar de unas vistas espectaculares, con las montañas nevadas en el horizonte. Salimos de la carretera para coger una pista ancha de bajada, rápida con bams y saltos divertidos. Llego a un control y veo que nos cortan el paso del recorrido marcado para esta edición 2012. Según mi GPS (y el reconocimiento que hicimos semanas antes) tocaba seguir recto hasta una Masía y pasar por una “granja” de abejas con un tramo sube-baja. Pero pensamos que lo anularon debido a las lluvias de esta semana. Seguimos bajando y nos encontramos con otro enlace por carretera (aburrido) que nos llevaría a…si, lo habéis adivinado, otro atasco. Pasado Marganell empezaba un caminito técnico, en subida hacia la izquierda, que los “Pros” lo pasarían con una mano y el resto de los mortales con dificultades. No importa, aprovechamos para hacer amigos y comer un poco.




Empieza otra subida interesante y larga, poco técnica, donde vamos superando más participantes, eso hace que te suba la moral y la confianza en tus fuerzas. Un prado verde, muy verde, nos da la bienvenida a un claro con la montaña de Montserrat al fondo, muy bonita. Lástima de foto no hecha, pero el miedo a encontrarme más parones hizo que no me decidiera a parar, mal hecho!!! 

Empezamos a bajar hacia Monistrol, a gran ritmo, hasta que un par de sustos con la rueda delantera me hacen ser más conservador (debo de cambiar el neumático, no tiene nada de grip en bajadas con apoyo) y bajar la velocidad. Callejeamos desde la estación del funicular hasta pasar el puente del río Llobregat y empezar a llanear por su rivera izquierda, comiendo charcos y más charcos camino de La Puda. En ese momento, una voz familiar me dice “hombre si es el Luichi!!!” El gran Jordi Gallart contactó conmigo en este punto del recorrido y nos dimos ánimos para afrontar la última parte de la marcha. Llegamos al penúltimo avituallamiento, chupito de Coca-Cola, nos quitamos la camiseta técnica de manga larga y emprendemos la marcha, a devorar los últimos 10 kilómetros…de subida.





Llegamos a una urbanización, empezamos a recorrer una riera que nos llevará a la subida “dels Blaus”, o “Les Roques Blaves”  o “las Revueltas”  (que manía tenemos las personas de llamar a un mismo sitio de formas diferentes…) Aquí si que había que darlo todo, un chupito de gel (o glucosita) y para arriba!!!!  Cogemos un ritmo cómodo y vamos pasando a más participantes, los kilómetros recorridos se notan en las piernas, pero no molestan, te empujan y te motivan. Al lado del camino un biker es asistido por un amigo de los efectos de los calambres y rampas en los cuádriceps. ¿Fatiga muscular? ¿Mala alimentación/hidratación en marcha? Cada detalle cuenta y marca la diferencia entre llegar y disfrutar o sufrir…




La Meta está cerca, ya podemos oír la música de la llegada, el murmullo próximo de la multitud, el hinchable que nos marca que el reto se ha conseguido. Aplausos de la gente a tu llegada, gritos de ánimo, vallas que delimitan la llegada. Ya sé que esta no es una carrera competitiva, ni de la Copa del Mundo, ni siquiera regional, pero en esos momentos te sientes especial, notas como el deporte te da ese punto de felicidad tras haber flirteado con el sufrimiento y el esfuerzo, te sientes ciclista.

4 horas y 9 minutos para acabar la pedalada. No conseguimos el objetivo de bajar de las 4 horas por poco, quizás el miedo a sufrir innecesariamente me hicieron ser demasiado conservador, tal vez salir tan atrás no fue acertado, tal vez…excusas. Y más si lo comparamos con el crono de otros bikers o del primer participante en llegar a la línea de meta, Israel Núñez, ciclista de mi club (esto lo digo con orgullo) y firme candidato a ganar la Titan desert 2012. Esto es lo que hay, seguir trabajando para sufrir un poquito menos y disfrutar un poco más, si es que eso es posible.




Resumen de la Etapa:


55 Km. Con un desnivel positivo acumulado de 1.415 metros.

Tiempo invertido 4 horas 9 minutos (23 min. parado) a una media de 13 Km/h.

F.C. media 165 ppm y una cadencia media de 73 rpm


Nos vemos en los Monegros!!!!  (O antes en este Blog).